Un jefe es muy importante en un negocio. En una empresa debe existir una coordinación para sacar adelante el proyecto de equipo. Jefes y líderes tienen una responsabilidad importante por su influencia en la plantilla. Existe la tendencia de nombrar estos términos como si fuesen completamente idénticos. Sin embargo, no son sinónimos y los empresarios deben tenerlo en cuenta.
Existen diferencias significativas entre ambos términos. En realidad, quien manda puede ser un líder, pero eso no significa que lo sea a modo de causa y efecto. Es decir, de este rol no se deduce de manera necesaria el papel de líder, puesto que existen perfiles que no integran ambas competencias.
¿Y qué diferencia estas características de las adoptadas por un jefe que no ejerce el liderazgo en el presente? Quien ocupa este cargo sin ser, a su vez, un líder, es una persona que centra su autoridad en la competencia de mandar mientras que los empleados tienen el rol de obedecer. Esta es una visión reduccionista de los recursos humanos. Existe una mayor distancia interpersonal y menos cercanía entre ambos. Esto se nota en la experiencia de la convivencia diaria en la empresa.
Pone una atención especial a la jerarquía que es la base de su poder en el contexto de la empresa. Pero, además, es una persona que, desde el punto de vista de la inteligencia emocional, no es consciente de la importancia que tiene el liderazgo en el equipo y descuida esta responsabilidad personal.
Escucha menos la voz de los empleados y, por tanto, pierde este feedback que es tan constructivo como fuente de nuevas ideas. A partir de la noción de su propia autoridad, confía mucho en su criterio y puede caer en el individualismo en la toma de decisiones.
Es probable que sea un gran ser humano que quiere hacer muy bien su trabajo, sin embargo, se ha quedado un tanto estancado en un un rol desactualizado. La inteligencia emocional es la base de la innovación para atender al factor humano en el ámbito de los negocios.
Cree que los empleados tienen la obligación de hacer bien su trabajo porque reciben un sueldo mensual por ello, sin embargo, no toma tanta conciencia de lo importante que es alimentar el salario emocional a través del reconocimiento real.
Por tanto, existen profesionales que ocupan este rol en la empresa y no son líderes al mismo tiempo. Otros, por el contrario, sí lo son.
La esencia del liderazgo reside en el equipo. Sin embargo, un equipo no es innato sino que se construye. Lo mismo ocurre con el liderazgo: no es innato sino que se entrena. Eso significa que los profesionales que ejercen un rol de autoridad en la empresa al tener subordinados a su cargo pueden desarrollarlo al formarse en estas habilidades. Para poder llegar a formar un equipo, es determinante que previamente se haya consolidado el liderazgo real en el contexto del sistema. Aquel que lidera guía a su equipo en la consecución de metas comunes a través de un plan de acción objetivo, realista y significativo.
Por tanto, un buen jefe consigue llegar a serlo a través del liderazgo. Tu empresa es más fuerte desde esta visión. Cuenta con nuestro equipo experto en recursos humanos para ofrecerte soluciones creativas para el desarrollo del liderazgo efectivo en la empresa.